La primera duda que asalta a una mamá cuando recibe la noticia de que va a llegar un segundo bebé es si será como el primer embarazo y si tardará más tiempo en recuperarse. Pues bien, lo primero de todo que se debe tener en cuenta es que la experiencia pasada juega un papel importante y va a servir de utilidad para afrontar un segundo parto, aunque todo esto no quiere decir que surjan complicaciones o se repitan situaciones anómalas. En cuanto a los síntomas no serán ni mejores ni peores, pero si la madre tuvo náuseas y vómitos frecuentes, es muy probable que vuelva a tenerlos durante el segundo embarazo (lo que pasa que ahora conoce medicamentos y multivitamínicos que son más compatibles con ella).
Para empezar, una cosa que está presente: la edad. Está claro que la madre tendrá más años aunque las complicaciones suelen aparecer cuanto más distante esté el primer parto del segundo. De ahí, que se recomiende un tiempo prudencial de 2 años en el cuál se valora también la recuperación por finalización de la lactancia. Recuerda:
[infobox style=»alert-info»]Más de 2 años: aumenta el riesgo de complicaciones en el embarazo[/infobox]
[infobox style=»alert-info»]Menos de 2 años: aumenta el riesgo de bebé prematuro y de bajo peso al nacer[/infobox]
La excepción a esta regla es que el primer parto haya sido con cesárea. Entonces, se recomienda dejar pasar como mínimo 20 meses para asegurarnos en la medida de lo posible la posibilidad de tener un parto normal o vaginal.
¿Cómo es el parto de un segundo embarazo?
Como ventaja principal, la vagina suele ser más elástica tras un primer parto, por lo que la dilatación es más fácil y la expulsión del recién nacido será mucho más rápida. Como inconveniente es que tras el parto, existe mayor posibilidad de que las contracciones uterinas sean más dolorosas e intensas, pero son muy necesarias para evitar hemorragias y que el útero vuelva a su tamaño normal.
A nivel personal, la madre tendrá pensamientos de doble trabajo, pero en realidad notará una menor ansiedad por el segundo bebé que por el primero. Lo único malo, y ya no depende del embarazo, será la educación que deba recibir el primero en cuanto a los celos, muestras de agresividad o cambio en el comportamiento (también quiere volver a ser un bebé).
Recomendaciones en la relación con el primer hijo
- Hay que encontrar un momento del día en el que la madre o el padre permanezcan solos o jueguen con el primero sin la presencia del segundo bebé. Esto es muy importante ya que se peca de permanecer atentamente con los dos hijos a la vez. Al dedicar ratos exclusivos al primero de ellos, éste entenderá que el nuevo miembro de la familia no es un rival. No vale solamente inculcar las palabras de: «mira, tu hermanito o tu hermanita…». Las palabras no son eficaces sino se demuestran acciones. Si no vas a poder abarcar esta situación en cuanto distribución de horario y tiempo, en serio, no es recomendable un segundo bebé.
- Debes enseñarle fotos de cuando era pequeño o pequeña. Que las vea, y explicar correctamente que también era un bebé. Utiliza los mismos mimos y gestos, y luego le enseñas cómo al segundo bebé también le haces lo mismo. En esta fase, empieza a comprender de que existe un círculo familiar entre ambos componentes.
- Pídele ayuda para que se sienta responsable. Pero ¡ojo!, si te da una negativa no le obligues ni le fuerces. Inicia de nuevo el proceso hasta que por fin empiece a identificarse como el hermano o hermana mayor. No es algo fácil pero, al final, suele conseguirse. Ánimo.