En el primer trimestre de embarazo es habitual realizar una ecografía para determinar el número exacto de fetos, sus características principales y el tiempo de embarazo. Esta es la primera ecografía que se realiza normalmente y, gracias a ésta, pueden detectarse más del 60% de posibles malformaciones fetales.
Con esta primera ecografía se obtienen ya los primeros resultados sobre posibles riesgos de alteraciones cromosómicas y en el segundo trimestre se detectan todo tipo de malformaciones fetales.
La ecografía del segundo trimestre sirve para obtener un «mapa morfológico total» del feto y suele ser más complicada que la primera a la hora de analizar.
Las ecografías que se realizan posteriormente no son tan necesarias que éstas dos primeras a no ser que la madre presente algún tipo de complicación o el médico lo requiera por algún motivo determinado.