Los últimos días antes del parto da la sensación que el bebé no se mueve. Ésta es una clara señal de que tu bebé ya es tan grande que no puede moverse, por lo que la actividad fetal disminuye. Durante estos días, las contracciones de Braxton Hicks son cada vez más frecuentes y más dolorosas, te duele más la pelvis y notas una sensación de calambre. Por tu vagina, se expulsa el tapón mucoso, una especie de mucosidad blanca o rosadita que era la envoltura protectora de tu bebé.
Ahora bien, ¿cómo saber que ya es la hora y que tu bebé está a punto de salir al exterior? Los dos síntomas más conocidos justo antes del parto son las contracciones regulares. Éstas cada vez son más fuertes a medida que pasa el tiempo y encima se suceden más frecuentemente llegando a pasar de 15 minutos entre una y otra hasta casi tan sólo 30 segundos entre ellas. Cuando las contracciones sean cada 5 minutos ha llegado el momento de acudir a tu clínica u hospital, a no ser que prefieras un parto natural en casa. El otro síntoma es la rotura de la bolsa (no confundir con el tapón mucoso de antes) debido a las contracciones tan seguidas. La sensación que tendrás será como la orina, un líquido caliente que te mojará las piernas aunque de color es transparente.
Lo importante es no perder los nervios, piensa que un parto es muy variable y puede durar hasta 8 o 14 horas. Hacer un repaso general, llamar e informar de la situación a tus allegados y recoger tu maleta de viaje que contendrá básicamente:
- Identificación (DNI, Pasaporte, Tarjeta Sanitaria)
- Orden de ingreso a la clínica o el hospital ( revisa tu seguro médico en caso de asistencia privada o llama directamente a tu agente si tienes cualquier duda ya que es muy normal que nos quedemos bloqueados)
- Historia clínica (los resultados de todas las pruebas que te has ido haciendo durante el embarazo)
- Informe del anestesista (si se requiere epidural)
- Canastilla del bebé ( compuesta principalmente por su ropita, pañales de recién nacido, babero, patucos, manoplas, gorro, toallitas higiénicas, jabón dermatológico, colonia, cremas para la piel tanto para la cabecita y el cuerpo como para el culito, cepillo, bastoncitos, alcohol de 70º, etc…)
- Tu maleta ( compuesta por compresas de algodón, discos protectores para el pecho y crema protectora del pezón, braguitas desechables, sujetador de lactancia, bata, zapatillas, camisones de manga corta y apertura frontal y productos de higiene personal)
Cuando llegues a tu hospital o clínica acude a maternidad y allí una doctora o matrona realizará una serie de comprobaciones para verificar que el parto va a tener lugar. Si se confirma, te pasarán a una habitación donde procederán a lavarte y rasurarte tu zona genital y te administrarán un enema. Como extra, es normal también la administración de oxitocina para regular las contracciones y que te inyecten una vía con suero fisiológico para evitar la deshidratación.
¿Hay aparatos además de mis vías, qué son? Tranquila, no pasa nada. Algunos de estos aparatos o pantallas son para tu propio control y el control de tu bebé. Lo más probable que estén el stan (para detectar deficiencia de oxígeno y evitar una cesárea de urgencia), el cardiotocógrafo (que se encarga de controlar tus contracciones y monitorizar la frecuencia cardíaca del bebé) y el pulsiómetro (determina el grado de oxigenación de tu bebé a través del pH de la sangre).
Ahora, ya en camilla, se inicia la dilatación que es la fase más larga y en la que debes aplicar todo lo aprendido en las clases de relajación postural y educación maternal. La primera parte de la dilatación consta de contracciones de 40 o 45 segundos cada 5 o 10 minutos. En la segunda parte de la dilatación (a partir de 4cm), las dilataciones llegan a un minuto y casi sin pausa entre ellas. Justo en este segunda parte es cuando el equipo médico te aplicará la anestesia epidural si así lo has solicitado hasta que alcances los 10 cm de dilatación. Entre los 4 y los 10cm, deberás adquirir la postura más cómoda para sufragar el dolor y realizar ejercicios de respiración ya que hasta que no llegues a 10cm no entrarás al paritorio. Ahora bien,si te aplican la anestesia epidural lo más probable es que pases directamente al paritorio o en la misma habitación ya monitorizada.
La segunda fase es la expulsión y se inicia cuando el cérvix está totalmente abierto y se han alcanzado los 10cm de dilatación. Ahora el útero comienza a expulsar a tu bebé gracias a contracciones muy largas e intensas. Con el permiso del equipo médico, deberás empezar a empujar (incluso sin anestesia sentirás esa sensación). ¿Si empujo antes de tiempo? Si empujas cuando el cérvix no está 100% dilatado puedes sufrir un desgarre perineal (entre vagina y ano). El empuje debe permitir que tu bebé saque la cabeza por tu vulva. Con la cabeza fuera y la postura correcta, se comprobará si el cordón umbilical está enrollado o no en esta zona. El protocolo normal de maternidad, hará girar al niño hacia un lado para facilitar la salida de los hombros en el siguiente empujón. Si la cosa se complica, el médico recurrirá al uso de algún aparato como el fórceps o las ventosas. Lo más difícil ya ha pasado, ahora el resto del cuerpo saldrá sin problemas. Tu bebé acaba de nacer.
Tu bebé acaba de salir al exterior y está manchado de sangre, líquido amniótico y vérnix caseosa. Si te encuentras bien y no tienes problemas, te lo ofrecerán para que hagáis vuestro primer contacto madre-hijo, algo que perdurará toda la vida. Piensa que el bebé también ha estado expuesto a extrés y recibe una serie de estimulos constantes a los que no está habituado. Por eso, lo más recomendable es que te lo acerques al corazón para que él lo escuche tal y como estaba dentro de ti, así lo reconocerá como familiar y permitirá que se relaje. Además, al abrazarlo, estás evitando que pierda parte de su temperatura corporal. De mientras, la matrona irá cortando el cordón umbilical y en un momento te lo quitará para que pueda ser revisado y limpiado. A tu bebé le harán el rutinario exámen médico pero para ti el parto todavía no ha finalizado, pues debes expulsar la placenta y a esta fase se la conoce como alumbramiento.
Una vez sale tu bebé, el útero empieza a contraerse para volver a su estado y se desprende la placenta de sus paredes. La placenta será expulsada de tu cuerpo a través de contracciones de menor grado que las anteriores. Son menos intensas por lo que en algunas ocasiones ni siquiera las sentirás. El equipo médico tirará del cordón umbilical hasta que salga la placenta. Posteriormente, se comprueba que no haya quedado nada dentro y se procede a la cirugia de la herida (se cose la herida). El parto ha finalizado, ahora toca que regresen con tu bebé, lo puedas coger y disfrutes de él para toda una vida. Eso sí, buscará comida inmediatamente, así que prepárate para darle el pecho.