Aunque no lo parezca, un recién nacido ya tiene desarrollados sus sentidos desde el primer momento de vida. Mucha gente todavía cree que a los bebés no les importa lo que oyen, sienten, huelen o ven. Pues sí les importa. Y es más, incluso pueden tener recuerdos de los últimos meses dentro de la madre.
Cuando un bebé nace debe estar pegado a su madre, piel con piel y lo más próximo posible a su pecho. Un bebé reconoce la voz de la madre porque posee recuerdos y vivencias antes del parto. Por ello, prefiere la voz humana antes que la música, y si esa voz es la de la madre, mucho mejor.
¿Y esto que tiene que ver? Se han realizado estudios sobre la forma de succionar que tienen los bebés mientras se les estimula con sonidos o voces humanas. Los bebés que escuchaban la voz de la madre eran los que más comían. Además de esta curiosidad, sienten atracción por el olor a leche materna antes que por cualquier colonia o ambientador que haya en los alrededores.
El parto y el lazo afectivo
Cuando se produce el parto, la liberación de hormonas hace que madre e hijo estén muy receptivos, lo cuál genera el denominado vínculo materno: de la madre hacia el hijo y al revés. Este vínculo es real, produce un enamoramiento de la madre hacia el bebé que además viene enfatizado por el aspecto externo de éste: rechoncho (formas redondas), tierno y desprotegido.
Aunque parezca mentira, este primer contacto que genera el vínculo es muy normal en los mamíferos. Se trata de un mecanismo biológico que obliga a la madre a evitar el abandono y asegurar la protección adecuada. En cambio, el bebé solamente tiene tres necesidades básicas que desea que su madre le cubra: contacto, calor y calostro.
La fuerza que vaya a tener este vínculo de la madre junto con su bebé en un futuro va a depender en gran medida de cómo la madre cubre las necesidades del recién nacido durante los primeros días, y tras varios meses e incluso en la infancia determinará su comportamiento social.
¿Qué es el contacto precoz?
Es el acto más común que se da en una clínica tras un parto: se realizan las comprobaciones de signos vitales, se seca al bebé y éste se entrega desnudo o con el primer pañal encima de su madre, y ambos tapados. Este contacto es la primera necesidad vital del ser humano.
En ese preciso momento, el bebé abrirá los ojos para buscar la mirada de su madre y que pueda cubrir su segunda necesidad: el calor, puesto que notará un brusco cambio de temperatura de 10-15 ºC.
Durante estos primeros instantes, y obteniendo ya el calor necesario, el bebé se acomoda en su madre orientando su cabeza hacia el pecho para cubrir su tercera necesidad: alimento (calostro) e inicia su primera succión.
Si se cubren las tres necesidades, los bebés están mucho más tranquilos y apenas lloran. Dormir no es su necesidad prioritaria, de momento. Por lo que no tienes por qué preocuparte.
Situaciones en la que no hay contacto madre-hijo
El contacto precoz no se ha hecho siempre. Antiguamente, las madres daban a luz en sus propias casas cosa que favorecía llevar a cabo exitosamente ese primer vínculo. Hoy es una opción poco habitual, pero sigue siendo una opción. Luego, en los hospitales, tenían más prioridad en realizar las primeras comprobaciones con el recién nacido y se solían dejar en cunas térmicas sin el contacto de la madre.
Hoy día, aunque parezca una tontería, debe reclamarse este contacto precoz y la primera lactancia en los primeros minutos de vida. Seguramente, muchos ginecólogos estarán de acuerdo con esta opinión.
Existen ocasiones en las que no es posible el contacto piel con piel inmediato entre la madre y su bebé. Por ejemplo, en algunas cesáreas en las que la madre tras el parto debe permanecer en una sala de recuperación sin poder contactar con su hijo.
Los médicos y anestesistas son conscientes de la importancia del contacto precoz, por lo que en la medida de lo posible intentarán un primer contacto piel con piel en la misma sala de partos antes de pasar a la recuperación. De mientras, deberá ser el padre (si está presente) quién asuma la responsabilidad de cubrir la primera necesidad.
Los bebés prematuros
Los bebés prematuros recuperan peso y empiezan a tener menos complicaciones a medida que el contacto con los padres se prolonga en el hospital. Esta observación ha hecho que muchos centros dispongan de una sala para madres canguro. O sea, sustituir la incubadora (para determinados casos será imposible) que se encuentra en cuidados intensivos y poner a sus madres en contacto durante un horario concreto.